Quantcast
Channel: bSides » folk
Viewing all articles
Browse latest Browse all 29

The Lumineers: corrección y mesura en La Riviera

$
0
0

Con muchos jovencitos extranjeros y muchas camisas de cuadros entre el público, anoche The Lumineers acudían a La Riviera para dar su primer concierto en Madrid (que no el primero en España, porque ya tocaron hace casi exactamente un año en Barcelona). La cita madrileña fue una parada previa a la gira festivalera que los llevará esta semana al Optimus Alive (Lisboa) y al BBK (Bilbao). Sin llegar a agotar las entradas Con las entradas agotadas en ese mismo día el aforo en la sala de las palmeras estaba numerosamente concurrido, más aún si tenemos en cuenta que estamos en pleno mes de julio y que anoche se jugaba una semifinal del mundial de fútbol. Se pueden ver todas las fotos que sacamos del evento en nuestro álbum de Flickr.

Wesley Schultz y Ben Wahamaki durante los primeros compases del concierto.

Wesley Schultz y Ben Wahamaki durante los primeros compases del concierto.

Esta formación de Denver, que por ahora solamente cuenta con un disco (homónimo) pero con un buen puñado de éxitos, venía acompañada por bastante escenografía e instrumentos que llenaban por completo el escenario de La Riviera. A pesar de su fulgurante éxito, no eran muchas las canciones que The Lumineers tenían que presentar, de modo que los ochenta minutos de set que interpretaron dieron cuenta de su primer disco por completo, varias caras b, como no podía ser de otro modo para un grupo folkie (o sí), alguna versión de un tema de Bob Dylan.

Neyla Pekarek desde su tarima

Neyla Pekarek desde su tarima

La actitud fue correcta, pero poco más: todo el concierto transcurrió en tono sereno, sin grandes aspavientos o muestras e emoción más allá de interpretar un par de temas en una tarima situada en la pista, en medio del público (uno de ellos sin micrófonos). Personalmente todo el concierto me dio esa misma sensación: fue muy correcto pero más allá de los pelotazos indiscutibles de esta banda, no conseguí encontrar momentos claramente brillantes. La interpretación, en la misma línea, fue bien, pero tampoco hubo grandes muestras de virtuosismo por parte de los músicos. Daba la impresión de que se limitaban a desarrollar hábil y eficazmente un guión muy bien aprendido, pero poco más. Un guión bueno, eso sí, tampoco se puede negar.

La entrega del público, especialmente de los sectores centrales de la pista, fue notable: los primeros compases del concierto estuvieron marcados por constantes gritos de histeria que me hicieron preguntarme si no me habría equivocado de sala y me habría metido en lo de One Direction. Pero no: guiris y madrileños, con muchas chicas en las cercanías del escenario, corearon a todo pulmón Sumbarines, Ain’t Nobody’s Problem y Flowers In Your Hair (las canciones con las que abrió el concierto) y de ahí en adelante, todo lo que no eran caras b, quedó lleno de coros y gritos. Especialmente esos estribillos que cualquiera puede cantar, como los de Stubborn Love y Ho Hey que, como no podía ser de otra forma, fueron un no parar de gente pegando gritos (no vamos a llamar a eso “cantar”) y júbilo colectivo.

Wesley Schultz

Wesley Schultz

Buenas canciones encumbradas por la televisión, que es probablemente la responsable de que estos estadounidenses estuvieran tocando en una sala tan grande. Una sala que, por cierto, sonó bastante bien, no destacando en ningún momento por el latoso sonido de los agudos del que a veces hace gala. Algo que es tan de agradecer que hay que destacarlo. Y aún así me quedé con la sensación de que este rollo folk, este rock a la americana, pertenece en realidad a los garitos con una tarima enana, a guitarristas que no paran de pegar patadas al suelo de madera con sus botas de cuero, al olor a cerveza derramada por las mesas y a las noches de las jornadas laborales que acaban en fiesta vaquera. Lo que quiero decir es que a lo mejor The Lumineers me habrían hecho vibrar más en una sala de menores dimensiones, donde la cercanía con el público no tiene por qué ser una tarima preparada en medio de la pista para tocar un par de temas sobre ella y la atmósfera, mucho más fácil de crear. Ya me ha pasado en otras ocasiones con estos grupos de folk-rock que me gustan encontrarme viéndolos en un recinto grande y quedarme tibia con el resultado: siempre me pregunto si una sala más pequeña no lo cambiaría todo.

Uno de los miembros de Gold Lake

Uno de los miembros de Gold Lake

Cabe destacar que el concierto estuvo teloneado por Gold Lake, trío madrileño afincado en Brooklyn y del que no hay mucho material para escuchar por la red, pero que firmaron una buena actuación, aunque con momentos desiguales. Presentaron algunas canciones con verdadera garra y emoción sincera que, lamentablemente, quedaron un poco ahogadas por el murmullo persistente de un público que parecía no demasiado interesado por el asunto. Una pena, porque merecieron que se les prestara atención, fueron una buena elección para abrir el concierto de The Lumineers porque, sin practicar exactamente el mismo estilo que éstos (algo más pop y menos folk), apuntan a un público similar, y lo hacen bastante bien.

En resumen, una noche correcta de la que, por los comentarios que oí según salía, una mayoría de la gente salió satisfecha. The Lumineers parecen tener las medidas de su público muy bien tomadas y ofrecen un show sincero, sin complicaciones ni grandes riesgos. Falta ver hacia dónde evolucionan. Por ahora están en un buen camino.

La entrada The Lumineers: corrección y mesura en La Riviera aparece primero en bSides.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 29

Latest Images

Trending Articles



Latest Images